Cuando participe del seminario en Medellin, estaba destrozado porque mi ministerio como pastor habia sido dañado, mi familia estaba pasando por una tremenda crisis emocional y económica y no porque estuvieramos practicado algún pecado. Pero cuando escuche que yo tengo un pastor poderoso, presente, personal y que sus recursos son ilimitados; la esperanza volvió y hoy lo enseño con una gran pasión. Gracias hermanos.
– Pastor Oscar